Actitud positiva y ¿resiliencia?

Para mejorar una situación tenemos por costumbre enfocarnos en lo que estamos haciendo mal para cambiarlo y así tomar un nuevo rumbo.

¿Es realmente ésta la mejor manera de hacerlo? ¿Qué pasaría si en vez de centrarnos en lo malo nos centramos en lo que sí funciona?

El orador de la charla que compartimos hoy, uno de los psicólogos positivistas más reconocidos a nivel mundial, nos habla de todo esto:

Enfocarse en lo positivo, realizar las preguntas adecuadas para identificar los puntos clave y adquirir resiliencia; es decir, aumentar nuestra capacidad para sobreponernos a los momentos difíciles.

Esta es la base de la que partimos en todos nuestros cursos: Aprender a reconocer nuestras fortalezas para potenciarlas, identificar nuestras limitaciones para superarlas, con un enfoque positivo en las situaciones para sacar provecho de cada una de ellas.

¿Cómo interpretar dibujos infantiles?

Los dibujos de los niños ¿tienen significado? Pues sí , claro que sí. Hasta esos “redondos” que dibujan los más peques de la casa tienen una razón de ser.

Los niños son capaces de proyectarse a sí mismos en el papel y, desvelar así sus inquietudes, emociones, motivaciones y miedos.

Esto nos lo explica la experta grafóloga Sandra Cerro en su libro “Interpretación del Dibujo Infantil”. Una guía práctica tanto para educadores como para padres.

El dibujo es considerado un test proyectivo gráfico, que refleja cómo el niño ve y comprende su realidad, la representación espacial de la misma y su manera de entender las cosas y las personas y personajes que le rodean.

En el dibujo podemos ser capaces de analizar lo que es más importante para el niño, así como posibles conflictos internos y experiencias traumáticas; su comportamiento, si entiende su lugar y cómo ha de desenvolverse en su entorno; y por último conocer su madurez mental y emocional, y ver si es acorde a la esperada para cada edad.

Uno de los tests proyectivo gráficos que nos facilitan una amplia información sobre el aspecto fundamental en la vida del niño, el dibujo de la familia:

La primera persona que dibuje, es la más importante para el niño.

La separación entre los miembros, indica la unidad.

El tamaño de sí mismo, su lugar en el núcleo familiar.

Si la familia la dibuja enmarcada, indica falta de libertad.

Sin bocas, falta de afectividad.

Utilización de colores vivos, felicidad.

Etc.

Y así, uno a uno, vamos analizando cada elemento proyectado. Como éste, encontramos en el libro indicaciones para llevar a cabo tests específicos para analizar las diferentes situaciones en el niño.

Esta es nuestra recomendación de lectura para hoy, el día del Libro. Un libro que nos ayudará a saber en profundidad cómo se sienten y cómo facilitar el mejor desarrollo de esas personitas, que por lo general, son las más importantes de nuestra vida.

Haz tu pedido enviando un correo a sandra@sandracerro.com

– Interpretación del dibujo Infantil.

– Grafología en la gestión del talento.

– Grafología de las emociones.

– Cómo redactar informes grafológicos.

Para conocer más información sobre la autora Sandra Cerro podéis visitar su página web: http://www.sandracerro.com

La estructura del discurso
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La estructura del discurso para exponer de forma clara nuestro mensaje es una pieza fundamental para ganarnos al auditorio.

Captar la atención desde el principio de la exposición así como disponer de un orden claro de las ideas y terminar con un cierre que mantenga el interés del auditorio es básico para obtener como resultado una buena oratoria.

¿Cuáles son las partes que componen la estructura de toda presentación?

Inicio + Cuerpo + Conclusión

El discurso que compartimos hoy es muy bueno para identificar su estructura, las tres partes del mismo se distinguen muy fácilmente por su sencillez.

Destacamos su buen inicio contando una historia cotidiana en la que cualquiera entre el público puede sentirse identificado, además utilizando el sentido del humor, el cual también favorece a captar una atención positiva del auditorio hacia nosotros.

Continuando con la historia del inicio prosigue el cuerpo del discurso, donde desarrolla la cuestión que plantea, ayudándose de algo fundamental en toda charla, el uso de las evidencias. Las evidencias son las que dan la credibilidad al mensaje de cualquier orador por lo que son indispensables, hablemos de lo que hablemos.

El cierre o conclusión del discurso es muy claro y contundente, consigue su objetivo, que cale muy bien en el auditorio.

Realmente es sencillo construir una buena estructura y hablar bien en público. Desde luego que hay temas más difíciles de desarrollar que otros. Lo importante a la hora de preparar nuestra presentación es que siempre tengamos presente nuestro objetivo y lo que queremos conseguir del auditorio.

Una buena estructura del discurso combinado con el control de algunos detalles, nos da como resultado una presentación de merecido aplauso.

A tener en cuenta:

Ser uno mismo, claridad en el mensaje, manejo de los silencios, control de la audiencia con la mirada, variación de la inflexión, variación en el ritmo, manejo adecuado de las manos,…

Y como colofón para el estrellato…

¡Practicar, practicar, practicar!

Trabajando nuestra voz: La dicción

Cuando vemos a este hombre y sabemos que su designio es el de rey, lo primero que pensamos es ¡Pobre hombre! ¡Cómo lo va a hacer! ¡Qué pongan a otro que éste desespera!

Los problemas que tenía para expresarse, ya fuera de cara a un amplio público o en el tú a tú, eran muy graves.

Catalogamos una voz sucia o confusa cuando la dicción es incorrecta.

Esto se produce porque durante el proceso de fonación existen obstáculos que impiden el funcionamiento normal de los órganos que producen los sonidos consonánticos.

Los efectos de una mala dicción son por ejemplo el tartamudeo, el hablar entrecortado, comerse letras, sílabas o palabras, marcar demasiado la erre, silvar la ese, cuando se produce un exceso o defecto en la salivación,…

Algunas imperfecciones en la dicción, pueden justificarse por una razón ambiental, pueden ser características de una región, de una sociedad determinada. También pueden deberse inclusive a algún defecto fisiológico. Sin embargo, la gran mayoría son debidas a impostaciones individuales erróneas que tienen que ver con la psicología de cada uno. Para corregir estos defectos hemos de resolver las posibles inseguridades y problemas internos que tengamos; así como trabajar la palabra: la voz y el lenguaje.

Relacionado con lo segundo, en la película se muestran ejercicios como enunciar trabalenguas, ejercicios físicos que fortalezcan el diafragma, aprender a respirar correctamente para que salga la voz con todo su volumen. Más cómodo que meternos un puñado de piedras como hacía Demóstenes, introducimos un lápiz en la boca lo que nos ayudará a vocalizar todas las sílabas.

Ligando voz y carácter ¿qué nos indica entonces una dicción sucia con defectos de pronunciación evidentes?

Es el reflejo de personas inquietas e inseguras, puede que hasta irracionales, con dificultades en las relaciones. Con complejo de inferioridad. A veces con reacciones excesivas e incluso agresivas, signo de compensación por su falta de liderazgo. Define muy bien el carácter de nuestro protagonista, ¿verdad?

Si tenemos problemas parecidos a nuestro personaje, conocernos a nosotros mismos y trabajar los elementos expuestos son fundamentales para conseguir una dicción limpia, sin defectos de pronunciación. Y será reflejo de que somos personas sin complejos, equilibradas y maduras. Generalmente sinceras, objetivas y autosuficientes.

Redaccióndiscurso, oratoria
5 Fórmulas para dejar de posponer

¿Es usted un posponedor? Es decir ¿suele confiar en que mañana hará aquello que hoy no hace? Si es como la mayoría de las personas, la respuesta a la pregunta es sí.Por desgracia, no existe un mañana. Para los que creen que sí, mañana es el día que comenzarán su viaje hacia el éxito y la riqueza. Mañana es el día en el que trabajarán más, cambiarán de hábitos, buscarán un trabajo mejor, pagarán las deudas,… Pero el mañana nunca llega y esas vidas tan prometedoras se desvanecen por el hábito de posponer.

Posponer todo aquello que queremos hacer pero que por alguna razón posponemos, puede resultar un modo de vida muy agotador.

Donald Marquis definió la postergación como “el arte de mantenerse en el ayer”. Funciona de esta manera: Sabemos que hay ciertas cosas que queremos hacer, no porque otros lo hayan decidido sino porque nosotros las escogimos. Sin embargo, muchas de ellas nunca las haremos, a pesar de no dejar de repetirnos lo contrario.

Decidir hacer algo en el futuro cuando podríamos hacerlo ahora es un sustituto aceptable para hacerlo y nos permite auto engañarnos con el pretexto de que en realidad no pasa nada por posponer lo que habíamos dispuesto hacer.  Es un sistema muy práctico que funciona más o menos de esta manera: ”Sé que debo hacerlo, pero en realidad tengo miedo de no hacerlo bien, o de que no me guste hacerlo. Por lo tanto, me diré a mi mismo que lo haré en el futuro, y así no tendré que admitir que no voy a hacerlo. De esta manera me resulta más fácil aceptarme a mí mismo”. Este es el tipo de razonamiento conveniente pero falaz que entra en juego cuando nos enfrentamos a tener que hacer algo que nos resulta desagradable o difícil.

Para dejar de tener este mal hábito de posponer vamos a compartir 5 fórmulas que nos ayudarán a ser capaces de enfrentarnos en el día a aquello que no queremos hacer:

Fijarse una fecha y un tiempo límite para dedicarexclusivamente a la tarea que posponemos (digamos el martes de 9 a 9.15). Descubriremos que 15 minutos sonsuficientes para salvar el escollo.

Preguntémonos: ¿Qué es lo peor que podría pasar si hago ahora mismo lo que estoy posponiendo? Evaluemos el miedo y no tendremos motivos para seguir aferrándonos a él.

Eliminar las palabras “espero”, “deseo” y “quizá” de nuestro vocabulario. Son las herramientas de posponer.

Decidir no sentirse cansado hasta el momento de ir a la cama. No utilizar la fatiga o la enfermedad como excusa.

Planificar y priorizar las tareas que no nos gustan.

Posponer no soluciona el problema. Para cambiar los resultados hay que cambiar los hábitos. Éste es uno de los importantes.Curso: Gestión Eficaz del Tiempo . Máximo 12 participantes por convocatoria. Pincha aquí y solicita más información

Mis hábitos, ¿me llevan a dónde quiero?

Comenzar un nuevo hábito exige un esfuerzo tremendo. Romper con las tendencias habituales ya sea por pensamientos de indecisión, impaciencia, miedo a la crítica o egoísmo, cuesta y mucho. Y es que incluso el nivel de esfuerzo que conlleve lo que queramos hacer es irrelevante. Da lo mismo que se trate de estudiar para un máster, como de tomar vitaminas cada mañana o ir a correr como en el vídeo anterior. Hace falta algo más que fuerza de voluntad. Es sólo cuando lo iniciamos cuando ya nuestra libertad adquiere límites insospechados.

Ya hemos roto, ahora sólo hay que continuar y no abandonar.

Para dirigir nuestras vidas hacia donde queremos es importante desarrollar hábitos enfocados en lograrlo, pues son el resultado de nuestras acciones diarias, por lo tanto definen cómo somos. Lo mismo ocurre en las empresas.

Los hábitos o manera de trabajar en cada entorno repercute en sus resultados.

Stephen Covey, construyó la relación de los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva, donde describe la esencia de cada hábito y el resultado que se puede esperar al ponerlo en práctica. Según Covey, las personas que desarrollan estos 7 hábitos a nivel personal, constituyen la base para la efectividad organizacional:

1. El Hábito de la proactividad. Nos da la libertad para escoger aquello que nos gusta y queremos hacer de acuerdo con nuestros principios y valores.

2. Comenzar con un fin en mente, para enfocar nuestras acciones a lo que verdaderamente tiene sentido en nuestras vidas.

3. Poner primero lo primero, dedicarnos antes a lo importante que a lo urgente.

4. Pensar en ganar/ganar, en lo que quiero para mí y también para los demás.

5. Buscar comprender primero y después ser comprendido, con este hábito establecemos las relaciones humanas efectivas.

6. Sinergizar, para innovar e ir hacia delante trabajando en equipo.

7. Afilar la sierra, hábito para mejorar continuamente tanto física, mental como espiritualmente.

Cómo ganar credibilidad en nuestra presentación

El elemento esencial que hace que el orador se gane la confianza de su auditorio es la credibilidad.

Se sustenta sobre lo que se dice y cómo se dice, porque un público no es una caja de resonancia de las palabras de un orador, sino que está sujeto a deseos y emociones. Y ¿cómo se llega a conquistar el corazón del público?

La forma más rápida y directa es mediante la utilización de EVIDENCIAS.

Una evidencia es una certeza clara y manifiesta de una cosa que nadie puede dudar racionalmente de ello. Algunas de las más utilizadas son muestras, incidentes personales, analogías, datos, testimonios de expertos, ejemplos, estadísticas,…

Por lo tanto, las evidencias son la prueba irrefutable de que lo que estamos contando es verídico.

A parte de ellas , existen otros factores que favorecen notablemente a dar credibilidad a nuestra presentación y que compartimos a través de esta sencilla infografía.

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Redacción
¿Es fácil tomar decisiones controvertidas en el trabajo?

¿Nos gusta generar discusiones y replantear decisiones en el trabajo? No mucho ¿verdad?

Pero… ¿Realmente consideramos que las decisiones tomadas son siempre las más apropiadas?

La oradora de la siguiente charla pone sobre la mesa esta cuestión. Al 85% de los trabajadores les da miedo dar a conocer situaciones que puedan generar conflicto o discusión. Por miedo y sobre todo por no saber manejar la situación. Pero realmente, para que un proyecto funcione de la mejor manera posible, necesitamos sacar a la luz todas las dificultades que veamos para superarlas y entre todos encontrar las soluciones idóneas.

¿Qué es imprescindible para que tengamos éxito trabajando así? Desarrollar nuestras habilidades de comunicación.

Aprender a comunicar eficazmente lo que queremos, sin crear malas relaciones entre nuestros colaboradores, enfocando la situación correctamente, consiguiendo que el “conflicto” sea constructivo para nuestro trabajo y hacernos líderes del mismo.

Además del mensaje de esta charla, destacamos también a la fantástica ponente. Todo un ejemplo de buena oratoria.

Que la disfruten.

¿Qué tipo de conducta es la tuya?

La forma de interactuar con los demás puede convertirse en una fuente considerable de estrés, comprender qué tipo de conducta es la nuestra es vital para mejorar aquellos aspectos que nos restan y nos impiden mantener una buena comunicación con los demás y, tener una relación sana con nosotros mismos.

¿Qué tipo de conductas se adoptan?

Seguro que al leer cualquiera de estas tres definiciones, identificas a alguien de tu entorno con ese tipo de comportamiento. Y tú ¿te ves identificado?

Conducta Agresiva.

Las personas agresivas fomentan la agresividad. Al no percibir o no preocuparse por el efecto de su conducta, hieren a los demás. La agresividad es una respuesta a la frustración de percibir que no se tiene el control y representa uno de los modos en que intentamos mantener alejado al fantasma de la indefensión.

Las reacciones de una conducta agresiva suponen hacerse fuerte con exigencias, gritos, peleas, insultos y con la insistencia de obtener lo que se desea a través de la fuerza, sin importar lo que los demás puedan necesitar. Se mantiene el peligro a raya al estar constantemente alerta al intentar controlar a otros a través de la intimidación, ya sea consciente o inconsciente.

Conducta pasiva

Las personas pasivas también sienten ira, pero ésta se ha retirado y emerge disfrazada en forma de ansiedad sobre si gustamos o no.

No son capaces de expresar abiertamente sentimientos, pensamientos y opiniones y su objetivo, a menudo, es el apaciguar a los demás y evitar el conflicto a toda costa. Las personas pasivas no obtienen lo que desean porque nadie sabe lo que es (a veces hasta ellas lo ignoran). Pueden sentirse manipuladas por que les resulta muy difícil decir “no”.

La reacción de una conducta pasiva es escapar anteponiendo las necesidades de los demás, ceder, sentirse como un perdedor, sentirse tímido.

Conducta Asertiva

Las personas asertivas expresan directamente sus sentimientos, deseos y opiniones sin agredir o castigar a os demás. Ser asertivo significa aceptarse uno mismo tal como es. Implica saber que no se es perfecto, de manera que se pueden aceptar otras opiniones. Significa que a uno no le pueden herir, a menos que le conceda a los demás ese derecho.

El comportamiento asertivo implica que uno sabe que tiene derechos pero que esos derechos van acompañados de la responsabilidad de tratar a los demás con educación y dignidad. Además significa que uno acepta la responsabilidad de sus propios actos y de la reacción que los mismos provoquen.

¿Qué tipo de conducta es la tuya?
Una lección de vida

Algo que destacamos siempre en Growman, es la importancia de la motivación y el tener hábitos positivos para mejorar y lograr nuestros propósitos. De esta manera sí estaremos preparados para algo realmente importante, motivar a los demás.

Aquí una lección de vida, que nos ayuda a recordar esa necesidad de fuerza y empuje para lograr lo que nos propongamos.

¡Buen fin de semana!

Redaccióndesarrollo personal
Según su carácter ¿Cómo serían las voces de Don Quijote y Sancho?

Hace algún tiempo compartimos un artículo en el que hablábamos de la Voz y el Carácter, donde introducíamos la teoría de que nuestra forma de hablar refleja nuestra personalidad.

Desde comienzos del siglo XX viene estudiándose como ciencia la relación entre la comunicación lingüística y el carácter, investigando los procesos lingüísticos por un lado y, por otro, los factores emotivos, los procedimientos del pensamiento, el entorno social y las variables de la personalidad.

En el desarrollo de la palabra de cada persona influyen dos factores fundamentales: Uno es el genético, que interviene en el registro, volumen, timbre, nasalización (entre otros rasgos) de la voz; y el otro el ambiental, ligado al lenguaje: dicción, cadencia, afectación, modulación…

Profundizando y trabajando cada rasgo del lenguaje por sí mismo, podemos ser capaces de dominar nuestra manera de hablar y la forma en la que queremos mostrarnos ante los demás.

Por ejemplo, una voz con un timbre monótono nos habla de personas sencillas y sinceras, muchas veces con falta de entusiasmo. Un timbre variado, presenta a personas complicadas, con un cociente intelectual muy alto, que prefieren tomar caminos con giros inesperados.

De esta manera, según los rasgos de personalidad, podemos ser capaces de definir las características de la voz de cada uno.

Conociendo a nuestros queridos personajes cervantinos, ¿cómo serían los tipos vocales de Don Quijote y Sancho Panza según su personalidad?

Don Quijote

Registro grave con tendencia a profundizar; volumen bajo, introvertido; timbre variado, con complicaciones; nasalización media, entre maduro e inmaduro; dicción sucia, con inhibiciones y complejos; cadencia media, entre emotivo y racional; afectación inexistente, por la consideración correcta de si mismo y modulación con reiteraciones, inseguro.

Sancho Panza

Registro agudo, superficial; Volumen alto, extrovertido; timbre monótono, sencillo; nasalización inexistente, maduro; dicción limpia, desinhibido; cadencia lenta, racional; afectación inexistente y modulación segura, sin reiteraciones ni insistencias.

Interesante ¿verdad? ¿Creen que puede mejorar nuestra comunicación con los demás siendo conscientes de este factor?

Continuaremos tratando este tema en próximas publicaciones.

Redacciónvoz, habilidades
7 Logros de las personas asertivas

Investigaciones recientes sugieren que aunque tendemos a considerarnos una especie sofisticada, nos engañamos a nosotros mismos, pues desde el punto de vista psicológico somos en esencia iguales al hombre que apareció en África hace 200.000 años.

Gran parte de nuestro comportamiento podría estar “acorazado” para protegernos instintivamente del mismo modo que cuando la vida era breve, frágil y peligrosa.

Esto explicaría porqué tantas de nuestras reacciones ante el peligro se dividen en dos categorías: lucha (agresividad) o huída (pasividad).

Estas dos reacciones son nuestras respuestas más instintivas.

Encontrar una tercera vía no es fácil y la mayoría de nosotros tenemos que aprender a hacerlo conscientemente: Se trata de la habilidad de tener confianza en uno mismo.

La asertividad consiste en equilibrar las necesidades propias con las de los demás. Se trata de mostrar respeto por los otros y por uno mismo.

La persona asertiva puede:

  1. Decir no sin ofender.

  2. Pedir lo que desea sin “pisar”a los demás.

  3. Expresar lo que necesita sin temor a ser ridiculizado o criticado.

  4. Describir sus sentimientos a los otros sin sentir vergüenza.

  5. Quejarse sin humillar a la otra persona.

  6. Reivindicar sus derechos permaneciendo tranquilo y respetuoso.

  7. Mantener el control incluso en situaciones de tensión.

La conducta asertiva nos permite influir en los demás al mismo tiempo que fortalecemos las relaciones interpersonales y reforzamos nuestra autoestima.

En la secuencia siguiente de la película Erin Brockovich (gran película, si no la han visto ¡no esperen más!)

¿Quién muestra una conducta más asertiva de los dos personajes?

Redacción