Publicaciones etiquetadas oratoria
La estructura del discurso
discurso (1).jpg

La estructura del discurso para exponer de forma clara nuestro mensaje es una pieza fundamental para ganarnos al auditorio.

Captar la atención desde el principio de la exposición así como disponer de un orden claro de las ideas y terminar con un cierre que mantenga el interés del auditorio es básico para obtener como resultado una buena oratoria.

¿Cuáles son las partes que componen la estructura de toda presentación?

Inicio + Cuerpo + Conclusión

El discurso que compartimos hoy es muy bueno para identificar su estructura, las tres partes del mismo se distinguen muy fácilmente por su sencillez.

Destacamos su buen inicio contando una historia cotidiana en la que cualquiera entre el público puede sentirse identificado, además utilizando el sentido del humor, el cual también favorece a captar una atención positiva del auditorio hacia nosotros.

Continuando con la historia del inicio prosigue el cuerpo del discurso, donde desarrolla la cuestión que plantea, ayudándose de algo fundamental en toda charla, el uso de las evidencias. Las evidencias son las que dan la credibilidad al mensaje de cualquier orador por lo que son indispensables, hablemos de lo que hablemos.

El cierre o conclusión del discurso es muy claro y contundente, consigue su objetivo, que cale muy bien en el auditorio.

Realmente es sencillo construir una buena estructura y hablar bien en público. Desde luego que hay temas más difíciles de desarrollar que otros. Lo importante a la hora de preparar nuestra presentación es que siempre tengamos presente nuestro objetivo y lo que queremos conseguir del auditorio.

Una buena estructura del discurso combinado con el control de algunos detalles, nos da como resultado una presentación de merecido aplauso.

A tener en cuenta:

Ser uno mismo, claridad en el mensaje, manejo de los silencios, control de la audiencia con la mirada, variación de la inflexión, variación en el ritmo, manejo adecuado de las manos,…

Y como colofón para el estrellato…

¡Practicar, practicar, practicar!

Trabajando nuestra voz: La dicción

Cuando vemos a este hombre y sabemos que su designio es el de rey, lo primero que pensamos es ¡Pobre hombre! ¡Cómo lo va a hacer! ¡Qué pongan a otro que éste desespera!

Los problemas que tenía para expresarse, ya fuera de cara a un amplio público o en el tú a tú, eran muy graves.

Catalogamos una voz sucia o confusa cuando la dicción es incorrecta.

Esto se produce porque durante el proceso de fonación existen obstáculos que impiden el funcionamiento normal de los órganos que producen los sonidos consonánticos.

Los efectos de una mala dicción son por ejemplo el tartamudeo, el hablar entrecortado, comerse letras, sílabas o palabras, marcar demasiado la erre, silvar la ese, cuando se produce un exceso o defecto en la salivación,…

Algunas imperfecciones en la dicción, pueden justificarse por una razón ambiental, pueden ser características de una región, de una sociedad determinada. También pueden deberse inclusive a algún defecto fisiológico. Sin embargo, la gran mayoría son debidas a impostaciones individuales erróneas que tienen que ver con la psicología de cada uno. Para corregir estos defectos hemos de resolver las posibles inseguridades y problemas internos que tengamos; así como trabajar la palabra: la voz y el lenguaje.

Relacionado con lo segundo, en la película se muestran ejercicios como enunciar trabalenguas, ejercicios físicos que fortalezcan el diafragma, aprender a respirar correctamente para que salga la voz con todo su volumen. Más cómodo que meternos un puñado de piedras como hacía Demóstenes, introducimos un lápiz en la boca lo que nos ayudará a vocalizar todas las sílabas.

Ligando voz y carácter ¿qué nos indica entonces una dicción sucia con defectos de pronunciación evidentes?

Es el reflejo de personas inquietas e inseguras, puede que hasta irracionales, con dificultades en las relaciones. Con complejo de inferioridad. A veces con reacciones excesivas e incluso agresivas, signo de compensación por su falta de liderazgo. Define muy bien el carácter de nuestro protagonista, ¿verdad?

Si tenemos problemas parecidos a nuestro personaje, conocernos a nosotros mismos y trabajar los elementos expuestos son fundamentales para conseguir una dicción limpia, sin defectos de pronunciación. Y será reflejo de que somos personas sin complejos, equilibradas y maduras. Generalmente sinceras, objetivas y autosuficientes.

Redaccióndiscurso, oratoria
¿Es fácil tomar decisiones controvertidas en el trabajo?

¿Nos gusta generar discusiones y replantear decisiones en el trabajo? No mucho ¿verdad?

Pero… ¿Realmente consideramos que las decisiones tomadas son siempre las más apropiadas?

La oradora de la siguiente charla pone sobre la mesa esta cuestión. Al 85% de los trabajadores les da miedo dar a conocer situaciones que puedan generar conflicto o discusión. Por miedo y sobre todo por no saber manejar la situación. Pero realmente, para que un proyecto funcione de la mejor manera posible, necesitamos sacar a la luz todas las dificultades que veamos para superarlas y entre todos encontrar las soluciones idóneas.

¿Qué es imprescindible para que tengamos éxito trabajando así? Desarrollar nuestras habilidades de comunicación.

Aprender a comunicar eficazmente lo que queremos, sin crear malas relaciones entre nuestros colaboradores, enfocando la situación correctamente, consiguiendo que el “conflicto” sea constructivo para nuestro trabajo y hacernos líderes del mismo.

Además del mensaje de esta charla, destacamos también a la fantástica ponente. Todo un ejemplo de buena oratoria.

Que la disfruten.