Publicaciones etiquetadas motivación
Tres palabras importantes: "No lo sé"

Es preciso tener humildad y un criterio amplio para decir estas tres palabras. 

Tan ubicuos como el resfriado común y casi igualmente desagradables son esos “sabelotodo” que acaban con una conversación diciendo desdeñosamente “ya lo sé” cuando alguien plantea un tema interesante. 

El psicólogo Benjamín Hewit cree que el uso habitual de las palabras “ya lo sé” revela un criterio cerrado y una renuncia a abrirse o a revelar la propia personalidad. Hace ver a muchas personas, a quienes aconseja, que las respuestas rápidas y precisas revelan un pensamiento estereotipado y que la actitud de “no lo sé” muestra una buena disposición a ser imaginativo y a actuar de modo creativo. 

Un empresario, un hombre que se había hecho así mismo, el cual inició su negocio en un sótano y del que conocía hasta el último detalle, al hablar con sus empleados siempre lo hacía con actitud precavida, diciendo, no conozco toda la respuesta ¿la sabe usted? Lo que aumentaba el acervo de sus conocimientos ya que él mismo se ayudaba haciendo hablar a los demás”. Tomás Alva Edison dijo en una ocasión “no sabemos ni una millonésima por ciento acerca de nada”. 

Todos podemos mejorar nuestra manera de vivir si aprendemos a decirnos a nosotros mismos “debo pensar en esto” o abiertamente a otros “no lo sé”. 

Si practicamos así la moderación, podemos obtener varias recompensas, un aumento de nuestra credibilidad, nos libra de la intransigencia y de las falsas ideas, aviva la conversación, hace que los tímidos salgan de su concha protectora, abre nuestras ideas y nos da nuevos horizontes. 

Es una sensación agradable no estar seguro. Empiezo a creer que los sonidos más gratos del idioma son estas tres palabras, “no lo sé”, nos dan algo para empezar, para maravillarnos, quizá para ver el sentido del misterio en toda vida humana. 

En una ocasión Harry S. Truman, comentando la actitud de muchos universitarios recién licenciados, bastante jóvenes aún para saberlo todo dijo, “siempre trato de decirles que lo que se aprende después de saber es lo que realmente cuenta”.

Amado Martínez

Director GROWMAN GROUP

¿Quieres aprender a comunicar con éxito? Infórmate sobre nuestros cursos: COMUNICACIÓN | ORATORIA

Aproveche sus fracasos

La derrota no es sólo la preparación para el triunfo, también es un estímulo inigualable para alcanzarlo.

“Si dejamos que un niño coja una rama y empezamos a tirar de ella, le veremos sujetarla cada vez más fuerte hasta quedar colgando”.

Esa misma reacción nos dará fuerza renovada y mayor cada vez que sufrimos un contratiempo.

Si sabemos explotar la energía que proporciona el fracaso, obtendremos resultados muy superiores a los que conseguiríamos habitualmente.

“El factor decisivo del éxito en la vida es, sin duda alguna la aptitud para sacar partido a los reveses”.

No es la derrota, sino la negativa a tomarla como guía e impulso lo que nos lleva al fracaso.

Jamás hay que avergonzarse de los reveses, son incidentes habituales en la vida de los hombres de acción. Sin embargo serán una pérdida total si no los aceptamos con humildad y analizamos hasta descubrir su causa.

Todos los triunfos que conozco han resultado de la capacidad para analizar previas derrotas y aprovechar en nuevas empresas las enseñanzas obtenidas de aquel análisis.

“Si la impresión de un fracaso nos deja aturdidos y no nos permite pensar con claridad, ejecutemos cualquier esfuerzo físico que se salga de lo corriente, luego durmamos un rato. Al despertar nos sorprenderá la lucidez con que discurrimos”.

Si la derrota ha encendido en nosotros un ardiente deseo de superación, nada podrá impedir que el éxito corone nuestra próxima empresa.

Nuestro proceso “Comunicación y Desarrollo de Habilidades” te ayudará a situarte en la parrilla de salida.

Ha llegado el momento de sacar partido a la derrota y volver a empezar.

Hasta pronto.

Un cordial saludo,

Amado Martínez

Director Growman Group

Los hábitos para un alto desempeño

¿Cuáles son los hábitos que llevan a la excelencia? El orador de la siguiente charla nos hace un resumen de los hábitos más importantes que los líderes deberían desarrollar, para poder sobrellevar el conflicto y alcanzar el máximo nivel de desempeño.

Los hábitos para un alto desempeño:

1. Visión inspiradora: “Mantente enfocado en tu objetivo”.

2. Encuentra la energía y la pasión para obtener un resultado beneficioso.

3. Enfócate en los estados positivos de una persona o un equipo.

4. Usa la imaginación: “El poder del ojo de tu mente.”

5. Controla el estrés y mantén el equilibrio de la vida.

6. Resuelve los conflictos.

7. Crea lazos y construye relaciones.

8. Encuentra bases seguras y sé una base segura para los demás.

9. No seas un rehén de nadie ni de nada.

10. Céntrate en la excelencia mediante el aprendizaje permanente.

11. Restablece vínculos después de la pérdida, el dolor y la frustración.

12. Juega para ganar, viviendo tus sueños.

13. Disfruta del viaje, porque nunca sucederá de la misma manera.

Las 5 Aptitudes para desarrollar el carisma

El liderazgo es una competencia emocional, que puede y debe ser cultivada. Por lo tanto, cualquier persona puede llegar a ser líder con la preparación adecuada.

Uno de los aspectos esenciales del liderazgo es proporcionar una visión conjunta de posibilidades y asegurar el trabajo en equipo.

La mayoría de los trabajos no pueden ser realizados por una sola persona. Requieren de un equipo. El modo como se relacionan las diferentes personas que componen ese equipo influye considerablemente en los resultados finales. Cuando los miembros se neutralizan unos a otros producen un resultado negativo: falta de eficacia o pasividad.

Por el contrario, cuando la interacción entre los miembros que forman el grupo se realiza de forma positiva se produce un resultado positivo conocido como “sinergia”, es decir, que el resultado total es superior a la suma de las partes.

El efecto sinérgico solamente tiene probabilidad de aparecer cuando se combina la confianza y el apoyo mutuo entre sus miembros. Para cohesionar un equipo se necesita un catalizador, un líder.

Muchas personas piensan que no todo el mundo puede ser un buen líder. Que para serlo hay que nacer con una cualidad especial, que es innata a la persona, el carisma.

El carisma es ese “toque” especial que le hace a la persona resultar atractivo a sus seguidores.

Los líderes con carisma se caracterizan por una gran capacidad de persuasión, una fuerza para lograr que los demás hagan lo que ellos señalan y unas grandes dotes para generar entusiasmo.

Y ¿es posible lograr ese carisma para muchos tan deseado?

En el carisma, al igual que en el liderazgo, parte es consustancial de la persona y otra es una habilidad adquirida. Los líderes con carisma nacen con un “don” especial que les hace estar dotados para generar entusiasmo, pero sobre todo, es el entrenamiento y la práctica lo que determina que el carisma crezca o se destruya.

¿Cuáles son los requisitos para incrementar el carisma?

Redacciónvalores, liderazgo, motivación
Cómo saber si eres líder

Líder viene de “leader”, guía en inglés y significa “persona que es seguida por otras, que se someten libremente a su autoridad”. Consiste en inspirar o guiar a los individuos o a los grupos.

Liderar significa dos cosas:

  • Que la condición de líder te la da o te la quita el equipo. El liderazgo no es, por tanto, una potestad-autoridad formal- sino un reconocimiento-autoridad moral.

  • Que no hay líder sin equipo. Un equipo de alto rendimiento es aquel que consigue que sus componentes den lo mejor de sí mismos.

El liderazgo es una competencia emocional, que puede y debe ser cultivada. Por lo tanto, cualquier persona puede llegar a ser líder con la preparación adecuada.

Uno de los aspectos esenciales del liderazgo es proporcionar una visión conjunta de posibilidades y asegurar el trabajo en equipo.

La mayoría de los trabajos no pueden ser realizados por una sola persona. Requieren de un equipo. El modo como se relacionan las diferentes personas que componen ese equipo influye considerablemente en los resultados finales. Cuando los miembros se neutralizan unos a otros produce un resultado negativo: falta de eficacia o pasividad. Por el contrario, cuando la interacción entre los miembros que forman el equipo se realiza de forma positiva se produce un resultado positivo conocido como: “sinergia”, es decir, que el resultado total es superior a la suma de las partes.

El efecto sinérgico solamente tiene probabilidad de aparecer cuando se combina la confianza y el apoyo mutuo entre sus miembros.

Para cohesionar un equipo se necesita un catalizador, un líder.

Benjamin Zander es el director de la Orquesta Filarmónica de Boston, siendo reconocido además como uno de los mejores oradores del mundo por sus conferencias sobre liderazgo. Autor del libro El Arte de lo posible, instruye en mensajes clave como éstos:

“Cada vez que dos personas se reúnen tienen la oportunidad de liderar algo. El líder es aquella persona que cada vez que abre la boca crea una posibilidad.”

“Si alguien no hace lo que quieres debes ofrecer una disculpa porque no te explicaste adecuadamente.”

“El poder de un líder depende de su habilidad para hacer poderosas a las demás personas.”

Sin duda, una de las cualidades más destacadas de este gran líder es la pasión, la cual transmite y contagia a raudales en sus intervenciones.Compartimos la charla en una de las jornadas TED del año 2008, para que descubran su gran capacidad de comunicación y de oratoria, estimulando a los demás a transmitir de la misma manera.

¿Quieres convertirte en LÍDER? Inscríbete en nuestro curso de “Liderazgo” . Consulta las próximas convocatorias con plazas disponibles.

Las 10 ideas irracionales que dirigen nuestra conducta

Albert Ellis fue el precursor de la terapia racional emotiva conductual. Este método terapéutico se basa en descubrir las irracionalidades de nuestros pensamientos para sanar las emociones dolorosas que surgen como consecuencia de tales ideas mentales distorsionadas. Él parte de la hipótesis de que no son los acontecimientos los que nos generan los estados emocionales, sino la manera de interpretarlos.

Todos tenemos, desde pequeños, unas creencias o convicciones arraigadas dentro de nosotros que surgen en forma de pensamientos automáticos y nos llevan a actuar o pensar de una determinada forma.

Estos mensajes supeditan a la persona a la opinión de los demás, en vez de centrar la autoestima respecto a uno mismo. Clasifican el mundo en ganadores y perdedores en lugar de ver a los demás como iguales a uno mismo.

Algunos ejemplos de estos mensajes que recibimos desde pequeños podrían ser:

* “Hay que estar callado cuando hablan los mayores”
* “Es de egoístas anteponer tus necesidades a las de los demás”
* “Hay que ser siempre lógico y consecuente”
* “Es vergonzoso cometer errores”
* “Siempre hay que tener una respuesta adecuada”
* “No hay que interrumpir”
* “No hay que hacer preguntas”…

Albert Ellis, delimitó 10 de estas convicciones y las llamó “irracionales” ya que según él no responden a una lógica ni son objetivas. Todos poseemos estas creencias en alguna medida, el problema es cuando una o varias se hacen tan importantes para nosotros que supeditamos nuestra lógica y nuestra conducta a su cumplimiento.

Es importante reconocer estas creencias para eliminarlas ya que nos afectan tanto en nuestra autoestima y nuestra manera de ser, que cambian nuestra forma de actuar y comunicarnos con los demás , en definitiva, el rumbo de nuestra vida. Nos generan grandes problemas de asertividad con los demás.

La lista de Ideas Irracionales según Ellis:

1.-  Es necesario para un ser humano ser querido y aceptado por todo el mundo.

2.- Uno tiene que ser muy competente y saber resolverlo todo si quiere considerarse necesario y útil.

3.- Hay gente mala y despreciable que debe de recibir su merecido.

4.- Es horrible que las cosas no salgan de la misma forma que a uno le gustaría.

5.- La desgracia humana es debida a causas externas y la gente no tiene ninguna o muy pocas posibilidades de controlar sus disgustos y trastornos.

6.- Si algo es o puede ser peligroso o atemorizante, hay que preocuparse mucho al respecto y recrearse constantemente en la posibilidad de que ocurra.

7.- Es más fácil evitar que hacer frente a algunas dificultades o responsabilidades personales.

8.- Siempre se necesita de alguien más fuerte que uno mismo en quien poder confiar.

9.- Un suceso pasado es un importante determinante de la conducta presente, porque si algo nos afectó mucho, continuará afectándonos indefinidamente.

10.- Uno debe de estar permanente preocupado por los problemas de los demás.

Redacciónmotivación
Actitud positiva y ¿resiliencia?

Para mejorar una situación tenemos por costumbre enfocarnos en lo que estamos haciendo mal para cambiarlo y así tomar un nuevo rumbo.

¿Es realmente ésta la mejor manera de hacerlo? ¿Qué pasaría si en vez de centrarnos en lo malo nos centramos en lo que sí funciona?

El orador de la charla que compartimos hoy, uno de los psicólogos positivistas más reconocidos a nivel mundial, nos habla de todo esto:

Enfocarse en lo positivo, realizar las preguntas adecuadas para identificar los puntos clave y adquirir resiliencia; es decir, aumentar nuestra capacidad para sobreponernos a los momentos difíciles.

Esta es la base de la que partimos en todos nuestros cursos: Aprender a reconocer nuestras fortalezas para potenciarlas, identificar nuestras limitaciones para superarlas, con un enfoque positivo en las situaciones para sacar provecho de cada una de ellas.

Mis hábitos, ¿me llevan a dónde quiero?

Comenzar un nuevo hábito exige un esfuerzo tremendo. Romper con las tendencias habituales ya sea por pensamientos de indecisión, impaciencia, miedo a la crítica o egoísmo, cuesta y mucho. Y es que incluso el nivel de esfuerzo que conlleve lo que queramos hacer es irrelevante. Da lo mismo que se trate de estudiar para un máster, como de tomar vitaminas cada mañana o ir a correr como en el vídeo anterior. Hace falta algo más que fuerza de voluntad. Es sólo cuando lo iniciamos cuando ya nuestra libertad adquiere límites insospechados.

Ya hemos roto, ahora sólo hay que continuar y no abandonar.

Para dirigir nuestras vidas hacia donde queremos es importante desarrollar hábitos enfocados en lograrlo, pues son el resultado de nuestras acciones diarias, por lo tanto definen cómo somos. Lo mismo ocurre en las empresas.

Los hábitos o manera de trabajar en cada entorno repercute en sus resultados.

Stephen Covey, construyó la relación de los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva, donde describe la esencia de cada hábito y el resultado que se puede esperar al ponerlo en práctica. Según Covey, las personas que desarrollan estos 7 hábitos a nivel personal, constituyen la base para la efectividad organizacional:

1. El Hábito de la proactividad. Nos da la libertad para escoger aquello que nos gusta y queremos hacer de acuerdo con nuestros principios y valores.

2. Comenzar con un fin en mente, para enfocar nuestras acciones a lo que verdaderamente tiene sentido en nuestras vidas.

3. Poner primero lo primero, dedicarnos antes a lo importante que a lo urgente.

4. Pensar en ganar/ganar, en lo que quiero para mí y también para los demás.

5. Buscar comprender primero y después ser comprendido, con este hábito establecemos las relaciones humanas efectivas.

6. Sinergizar, para innovar e ir hacia delante trabajando en equipo.

7. Afilar la sierra, hábito para mejorar continuamente tanto física, mental como espiritualmente.

¿Qué tipo de conducta es la tuya?

La forma de interactuar con los demás puede convertirse en una fuente considerable de estrés, comprender qué tipo de conducta es la nuestra es vital para mejorar aquellos aspectos que nos restan y nos impiden mantener una buena comunicación con los demás y, tener una relación sana con nosotros mismos.

¿Qué tipo de conductas se adoptan?

Seguro que al leer cualquiera de estas tres definiciones, identificas a alguien de tu entorno con ese tipo de comportamiento. Y tú ¿te ves identificado?

Conducta Agresiva.

Las personas agresivas fomentan la agresividad. Al no percibir o no preocuparse por el efecto de su conducta, hieren a los demás. La agresividad es una respuesta a la frustración de percibir que no se tiene el control y representa uno de los modos en que intentamos mantener alejado al fantasma de la indefensión.

Las reacciones de una conducta agresiva suponen hacerse fuerte con exigencias, gritos, peleas, insultos y con la insistencia de obtener lo que se desea a través de la fuerza, sin importar lo que los demás puedan necesitar. Se mantiene el peligro a raya al estar constantemente alerta al intentar controlar a otros a través de la intimidación, ya sea consciente o inconsciente.

Conducta pasiva

Las personas pasivas también sienten ira, pero ésta se ha retirado y emerge disfrazada en forma de ansiedad sobre si gustamos o no.

No son capaces de expresar abiertamente sentimientos, pensamientos y opiniones y su objetivo, a menudo, es el apaciguar a los demás y evitar el conflicto a toda costa. Las personas pasivas no obtienen lo que desean porque nadie sabe lo que es (a veces hasta ellas lo ignoran). Pueden sentirse manipuladas por que les resulta muy difícil decir “no”.

La reacción de una conducta pasiva es escapar anteponiendo las necesidades de los demás, ceder, sentirse como un perdedor, sentirse tímido.

Conducta Asertiva

Las personas asertivas expresan directamente sus sentimientos, deseos y opiniones sin agredir o castigar a os demás. Ser asertivo significa aceptarse uno mismo tal como es. Implica saber que no se es perfecto, de manera que se pueden aceptar otras opiniones. Significa que a uno no le pueden herir, a menos que le conceda a los demás ese derecho.

El comportamiento asertivo implica que uno sabe que tiene derechos pero que esos derechos van acompañados de la responsabilidad de tratar a los demás con educación y dignidad. Además significa que uno acepta la responsabilidad de sus propios actos y de la reacción que los mismos provoquen.

¿Qué tipo de conducta es la tuya?