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¿Qué es el ego? por Wayne Dyer

El ego es una parte nuestra que empieza a decirnos que no somos una creación divina y perfecta, esa parte de Dios de la cual provenimos.

De hecho nos dice que sólo eres lo que tienes, se empieza con cosas como los juguetes para pasar a las cuentas corrientes y a las posesiones, en menos que canta un gallo, empezamos a identificarnos en base a nuestras posesiones, empezamos a creer en una serie de creencias que dicen que cuanto más tengo más valioso seré como persona, por lo tanto nos pasamos la vida cogiendo a los niños y sumergiéndolos en una cultura que enfatiza ese más.

Casi se convierte en un mantra del EGO, tienes que poseer más, cuanto más tienes, más consciente eres de que la gente va a tratar de arrebatarte las cosas, y más te obcecas en protegerlas y en cómo poder conseguir muchas más.

Pero el dilema es que si eres lo que tienes y, las posesiones desaparecen, lo que eres también desaparece en el proceso. 

La segunda característica del ego es que no sólo soy lo que tengo, también soy lo que hago.

Lo que hago se convierte en eso que llamamos look, y en este caótico mundo que cree que es lo que se hace, nos consumimos pensando que la idea del éxito del valor y de la valía se basa en cuantas cosas llegamos a conseguir.

Por lo tanto tengo que ganar más dinero, tengo que ascender, tengo que competir con todo aquel que quiera arrebatarme lo que yo tengo. Esto se nos enseña una y otra vez.

A los jóvenes se les enseña por ejemplo en la práctica del atletismo, somos lo más importante, somos los numero uno, somos mejores que el resto.

Nos vemos constantemente en esta noción competitiva de creer que el mundo está diseñado para la competición, eso es lo que dice el ego. 

La tercera característica es la idea de lo que otros piensan de mí, soy mi reputación.

Esto es muy importante entre los jóvenes a los que se les enseña que tienen que vestirse según el gusto de los otros y que si no les gusta tienes un problema, si esto te tortura serás distinto cada vez que salgas. 

Esto es bastante destacable entre las mujeres. En nuestra cultura y sociedad a menudo se enseña que las mujeres sólo pueden realizarse en sus relaciones familiares, ya sea como hijas, ya sea como madres, ya sea como abuelas; y aunque en estos aspectos sean muy importantes y creativas en la vida de cualquier mujer, si esa es su decisión, no es necesariamente la única opción, muchas mujeres sienten la vocación de lograr algo grande, de poder hacer una gran contribución, pero con frecuencia lo dejan de lado.

Así que, desde aquí, animo a las mujeres que no desoigan esa llamada, no desoigáis esa parte que os dice que estáis aquí para crear algo poderoso, porque no solo tenéis la capacidad para hacerlo, sino también el derecho de hacerlo igual que el resto. 

Otras partes del ego que se refieren a la separación, el ego tiene un sistema de creencias muy resistente, dice que la persona está separada del resto, además otra característica del ego no enseña que también estoy separado de todo lo que echo en falta en la vida, de todas la cosas que me gustaría tener.

Finalmente el ego nos enseña el error más mayúsculo de todos, que estamos separados de Dios.

Y una de las cosas más simples que se aprenden en el atardecer de la vida cuando pasas a la fase del sentido de la vida, es darte cuenta que provienes de una fuente, podemos llamarla Dios, Tao, no importa cómo la llamemos, esa fuente está en todas partes, no hay ningún lugar donde no esté, tiene que ser así, porque lo crea todo, todo proviene de esa fuente.

Por lo tanto, está en mí, si está en todas partes, también está en mí, y si está en mi está claro que también tiene que estar en lo que siento que me falta en la vida.

Si entiendes esto, de algún modo ya estás en sintonía, en espíritu con todo lo que echas en falta en la vida y te gustaría tener. Sólo te queda buscar la manera de formar parte de ello, y ser consciente de que ya estás en sintonía y sólo Dios como ser superior... 

En homenaje a WAYNE DYER, gran maestro en psicología fallecido en 2015 a la edad de 75 años. Recomendamos su obra y en especial el libro “Tus Zonas Erróneas” y su película también protagonizada por él mismo titulada “El Cambio” .

Amado Martínez

Growman Group

Tres palabras importantes: "No lo sé"

Es preciso tener humildad y un criterio amplio para decir estas tres palabras. 

Tan ubicuos como el resfriado común y casi igualmente desagradables son esos “sabelotodo” que acaban con una conversación diciendo desdeñosamente “ya lo sé” cuando alguien plantea un tema interesante. 

El psicólogo Benjamín Hewit cree que el uso habitual de las palabras “ya lo sé” revela un criterio cerrado y una renuncia a abrirse o a revelar la propia personalidad. Hace ver a muchas personas, a quienes aconseja, que las respuestas rápidas y precisas revelan un pensamiento estereotipado y que la actitud de “no lo sé” muestra una buena disposición a ser imaginativo y a actuar de modo creativo. 

Un empresario, un hombre que se había hecho así mismo, el cual inició su negocio en un sótano y del que conocía hasta el último detalle, al hablar con sus empleados siempre lo hacía con actitud precavida, diciendo, no conozco toda la respuesta ¿la sabe usted? Lo que aumentaba el acervo de sus conocimientos ya que él mismo se ayudaba haciendo hablar a los demás”. Tomás Alva Edison dijo en una ocasión “no sabemos ni una millonésima por ciento acerca de nada”. 

Todos podemos mejorar nuestra manera de vivir si aprendemos a decirnos a nosotros mismos “debo pensar en esto” o abiertamente a otros “no lo sé”. 

Si practicamos así la moderación, podemos obtener varias recompensas, un aumento de nuestra credibilidad, nos libra de la intransigencia y de las falsas ideas, aviva la conversación, hace que los tímidos salgan de su concha protectora, abre nuestras ideas y nos da nuevos horizontes. 

Es una sensación agradable no estar seguro. Empiezo a creer que los sonidos más gratos del idioma son estas tres palabras, “no lo sé”, nos dan algo para empezar, para maravillarnos, quizá para ver el sentido del misterio en toda vida humana. 

En una ocasión Harry S. Truman, comentando la actitud de muchos universitarios recién licenciados, bastante jóvenes aún para saberlo todo dijo, “siempre trato de decirles que lo que se aprende después de saber es lo que realmente cuenta”.

Amado Martínez

Director GROWMAN GROUP

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Los hábitos para un alto desempeño

¿Cuáles son los hábitos que llevan a la excelencia? El orador de la siguiente charla nos hace un resumen de los hábitos más importantes que los líderes deberían desarrollar, para poder sobrellevar el conflicto y alcanzar el máximo nivel de desempeño.

Los hábitos para un alto desempeño:

1. Visión inspiradora: “Mantente enfocado en tu objetivo”.

2. Encuentra la energía y la pasión para obtener un resultado beneficioso.

3. Enfócate en los estados positivos de una persona o un equipo.

4. Usa la imaginación: “El poder del ojo de tu mente.”

5. Controla el estrés y mantén el equilibrio de la vida.

6. Resuelve los conflictos.

7. Crea lazos y construye relaciones.

8. Encuentra bases seguras y sé una base segura para los demás.

9. No seas un rehén de nadie ni de nada.

10. Céntrate en la excelencia mediante el aprendizaje permanente.

11. Restablece vínculos después de la pérdida, el dolor y la frustración.

12. Juega para ganar, viviendo tus sueños.

13. Disfruta del viaje, porque nunca sucederá de la misma manera.

La voz y el carácter

Cuando se publicó en 1977 “El Resplandor”, de Stephen King, yo tenía 16 años y disfruté con su lectura. Estaba deseando ver la película cuando la estrenaron en 1980 y, como a tantos otros, me defraudó.

Es natural que haya críticas para todos los gustos, pero las primeras, aquí, en España, fueron pésimas.

¿Qué fue lo que más destacó?

Su doblaje al español es para algunos “el peor doblaje de la historia del cine.”

¿Son Verónica Forqué y Joaquín Hinojosa, malos actores? No, pero Kubrick los eligió porque el timbre de sus voces era como el de los originales, Shelley Duvall y Jack Nicholson. Kubrick quedó contento porque él no habla español. Pero salvando las diferencias idiomáticas, a Stephen King tampoco le gustó la película original, en inglés y, hablando con la BBC dice:

Shelley Duvall como Wendy es realmente uno de los personajes más misóginos jamás puestos en una película, está básicamente ahí para gritar y ser estúpida y esa no es la mujer que escribí”.

Hay una estrecha relación entre la voz y el carácter.

El resultado de una voz depende de la forma en que se elabora en el interior de las cavidades de la nariz y de la boca, donde intervienen la lengua, el paladar, el velo palatino, la naturaleza de los tejidos y la contractilidad de las paredes. Durante el acto de la fonación se ponen en movimiento más de 100 músculos, que reciben órdenes de los centros nerviosos a una velocidad de 14 impulsos por segundo. El timbre es el resultado de todas estas operaciones fisiológicas y psicológicas.

La voz es el sonido que emiten nuestros órganos de fonación. El lenguaje, en cambio, es un sonido organizado capaz de expresar necesidades interiores, y parte integrante de nuestros procesos mentales. La voz está más ligada a la condición genética y es menos influenciable que el lenguaje, estrechamente vinculado al ambiente y a la educación. Ambos son el espejo en el que vemos reflejados, no sólo estados de ánimo momentáneos, sino también las bases fundamentales de nuestra personalidad.

Dorothy Sarnoff, autora del libro, “No vuelva a sentirse nervioso”, afirma que el resultado de lo que decimos depende en un 50% de cómo lo decimos. Aquí intervienen características de la voz como registro, volumen, timbre, nasalización; y del lenguaje, como dicción, cadencia, afectación, modulación.

Si nuestros objetivos dependen en gran medida del resultado de nuestras reuniones, negociaciones, relaciones con clientes o presentaciones públicas, conocer nuestra voz y nuestra forma de hablar es muy importante.

En mi trayectoria he escuchado los lamentos de muchos profesionales que conocían de sobra sus limitaciones vocales porque su entorno les había advertido de cuan negativas eran para ellos esas características, pero ninguno había conseguido que le dieran la solución.

Cuando en Growman recibimos la grabación del discurso de un alumno que antes no lograba articular palabra sin trabarse, o la noticia de que una alumna ha conseguido aprobar aquellas oposiciones que estuvo a punto de abandonar, nos sentimos afortunados por haber tenido la oportunidad de ayudar a tantas personas y contar con su amistad y su gratitud.

Es posible mejorar la afasia, la falta de dicción, la voz monótona y pobre, el exceso de velocidad… ¿Qué es lo primero que necesitamos? Identificar bien el problema, conocer los motivos y tener un plan de acción. Todo podemos mejorarlo si tenemos interés y somos persistentes.

Mª Dolores Cañada

Directora de Formación

Redacciónvoz, habilidades
Mis hábitos, ¿me llevan a dónde quiero?

Comenzar un nuevo hábito exige un esfuerzo tremendo. Romper con las tendencias habituales ya sea por pensamientos de indecisión, impaciencia, miedo a la crítica o egoísmo, cuesta y mucho. Y es que incluso el nivel de esfuerzo que conlleve lo que queramos hacer es irrelevante. Da lo mismo que se trate de estudiar para un máster, como de tomar vitaminas cada mañana o ir a correr como en el vídeo anterior. Hace falta algo más que fuerza de voluntad. Es sólo cuando lo iniciamos cuando ya nuestra libertad adquiere límites insospechados.

Ya hemos roto, ahora sólo hay que continuar y no abandonar.

Para dirigir nuestras vidas hacia donde queremos es importante desarrollar hábitos enfocados en lograrlo, pues son el resultado de nuestras acciones diarias, por lo tanto definen cómo somos. Lo mismo ocurre en las empresas.

Los hábitos o manera de trabajar en cada entorno repercute en sus resultados.

Stephen Covey, construyó la relación de los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva, donde describe la esencia de cada hábito y el resultado que se puede esperar al ponerlo en práctica. Según Covey, las personas que desarrollan estos 7 hábitos a nivel personal, constituyen la base para la efectividad organizacional:

1. El Hábito de la proactividad. Nos da la libertad para escoger aquello que nos gusta y queremos hacer de acuerdo con nuestros principios y valores.

2. Comenzar con un fin en mente, para enfocar nuestras acciones a lo que verdaderamente tiene sentido en nuestras vidas.

3. Poner primero lo primero, dedicarnos antes a lo importante que a lo urgente.

4. Pensar en ganar/ganar, en lo que quiero para mí y también para los demás.

5. Buscar comprender primero y después ser comprendido, con este hábito establecemos las relaciones humanas efectivas.

6. Sinergizar, para innovar e ir hacia delante trabajando en equipo.

7. Afilar la sierra, hábito para mejorar continuamente tanto física, mental como espiritualmente.

¿Es fácil tomar decisiones controvertidas en el trabajo?

¿Nos gusta generar discusiones y replantear decisiones en el trabajo? No mucho ¿verdad?

Pero… ¿Realmente consideramos que las decisiones tomadas son siempre las más apropiadas?

La oradora de la siguiente charla pone sobre la mesa esta cuestión. Al 85% de los trabajadores les da miedo dar a conocer situaciones que puedan generar conflicto o discusión. Por miedo y sobre todo por no saber manejar la situación. Pero realmente, para que un proyecto funcione de la mejor manera posible, necesitamos sacar a la luz todas las dificultades que veamos para superarlas y entre todos encontrar las soluciones idóneas.

¿Qué es imprescindible para que tengamos éxito trabajando así? Desarrollar nuestras habilidades de comunicación.

Aprender a comunicar eficazmente lo que queremos, sin crear malas relaciones entre nuestros colaboradores, enfocando la situación correctamente, consiguiendo que el “conflicto” sea constructivo para nuestro trabajo y hacernos líderes del mismo.

Además del mensaje de esta charla, destacamos también a la fantástica ponente. Todo un ejemplo de buena oratoria.

Que la disfruten.

¿Qué tipo de conducta es la tuya?

La forma de interactuar con los demás puede convertirse en una fuente considerable de estrés, comprender qué tipo de conducta es la nuestra es vital para mejorar aquellos aspectos que nos restan y nos impiden mantener una buena comunicación con los demás y, tener una relación sana con nosotros mismos.

¿Qué tipo de conductas se adoptan?

Seguro que al leer cualquiera de estas tres definiciones, identificas a alguien de tu entorno con ese tipo de comportamiento. Y tú ¿te ves identificado?

Conducta Agresiva.

Las personas agresivas fomentan la agresividad. Al no percibir o no preocuparse por el efecto de su conducta, hieren a los demás. La agresividad es una respuesta a la frustración de percibir que no se tiene el control y representa uno de los modos en que intentamos mantener alejado al fantasma de la indefensión.

Las reacciones de una conducta agresiva suponen hacerse fuerte con exigencias, gritos, peleas, insultos y con la insistencia de obtener lo que se desea a través de la fuerza, sin importar lo que los demás puedan necesitar. Se mantiene el peligro a raya al estar constantemente alerta al intentar controlar a otros a través de la intimidación, ya sea consciente o inconsciente.

Conducta pasiva

Las personas pasivas también sienten ira, pero ésta se ha retirado y emerge disfrazada en forma de ansiedad sobre si gustamos o no.

No son capaces de expresar abiertamente sentimientos, pensamientos y opiniones y su objetivo, a menudo, es el apaciguar a los demás y evitar el conflicto a toda costa. Las personas pasivas no obtienen lo que desean porque nadie sabe lo que es (a veces hasta ellas lo ignoran). Pueden sentirse manipuladas por que les resulta muy difícil decir “no”.

La reacción de una conducta pasiva es escapar anteponiendo las necesidades de los demás, ceder, sentirse como un perdedor, sentirse tímido.

Conducta Asertiva

Las personas asertivas expresan directamente sus sentimientos, deseos y opiniones sin agredir o castigar a os demás. Ser asertivo significa aceptarse uno mismo tal como es. Implica saber que no se es perfecto, de manera que se pueden aceptar otras opiniones. Significa que a uno no le pueden herir, a menos que le conceda a los demás ese derecho.

El comportamiento asertivo implica que uno sabe que tiene derechos pero que esos derechos van acompañados de la responsabilidad de tratar a los demás con educación y dignidad. Además significa que uno acepta la responsabilidad de sus propios actos y de la reacción que los mismos provoquen.

¿Qué tipo de conducta es la tuya?
Según su carácter ¿Cómo serían las voces de Don Quijote y Sancho?

Hace algún tiempo compartimos un artículo en el que hablábamos de la Voz y el Carácter, donde introducíamos la teoría de que nuestra forma de hablar refleja nuestra personalidad.

Desde comienzos del siglo XX viene estudiándose como ciencia la relación entre la comunicación lingüística y el carácter, investigando los procesos lingüísticos por un lado y, por otro, los factores emotivos, los procedimientos del pensamiento, el entorno social y las variables de la personalidad.

En el desarrollo de la palabra de cada persona influyen dos factores fundamentales: Uno es el genético, que interviene en el registro, volumen, timbre, nasalización (entre otros rasgos) de la voz; y el otro el ambiental, ligado al lenguaje: dicción, cadencia, afectación, modulación…

Profundizando y trabajando cada rasgo del lenguaje por sí mismo, podemos ser capaces de dominar nuestra manera de hablar y la forma en la que queremos mostrarnos ante los demás.

Por ejemplo, una voz con un timbre monótono nos habla de personas sencillas y sinceras, muchas veces con falta de entusiasmo. Un timbre variado, presenta a personas complicadas, con un cociente intelectual muy alto, que prefieren tomar caminos con giros inesperados.

De esta manera, según los rasgos de personalidad, podemos ser capaces de definir las características de la voz de cada uno.

Conociendo a nuestros queridos personajes cervantinos, ¿cómo serían los tipos vocales de Don Quijote y Sancho Panza según su personalidad?

Don Quijote

Registro grave con tendencia a profundizar; volumen bajo, introvertido; timbre variado, con complicaciones; nasalización media, entre maduro e inmaduro; dicción sucia, con inhibiciones y complejos; cadencia media, entre emotivo y racional; afectación inexistente, por la consideración correcta de si mismo y modulación con reiteraciones, inseguro.

Sancho Panza

Registro agudo, superficial; Volumen alto, extrovertido; timbre monótono, sencillo; nasalización inexistente, maduro; dicción limpia, desinhibido; cadencia lenta, racional; afectación inexistente y modulación segura, sin reiteraciones ni insistencias.

Interesante ¿verdad? ¿Creen que puede mejorar nuestra comunicación con los demás siendo conscientes de este factor?

Continuaremos tratando este tema en próximas publicaciones.

Redacciónvoz, habilidades