La derrota no es sólo la preparación para el triunfo, también es un estímulo inigualable para alcanzarlo.
“Si dejamos que un niño coja una rama y empezamos a tirar de ella, le veremos sujetarla cada vez más fuerte hasta quedar colgando”.
Esa misma reacción nos dará fuerza renovada y mayor cada vez que sufrimos un contratiempo.
Si sabemos explotar la energía que proporciona el fracaso, obtendremos resultados muy superiores a los que conseguiríamos habitualmente.
“El factor decisivo del éxito en la vida es, sin duda alguna la aptitud para sacar partido a los reveses”.
No es la derrota, sino la negativa a tomarla como guía e impulso lo que nos lleva al fracaso.
Jamás hay que avergonzarse de los reveses, son incidentes habituales en la vida de los hombres de acción. Sin embargo serán una pérdida total si no los aceptamos con humildad y analizamos hasta descubrir su causa.
Todos los triunfos que conozco han resultado de la capacidad para analizar previas derrotas y aprovechar en nuevas empresas las enseñanzas obtenidas de aquel análisis.
“Si la impresión de un fracaso nos deja aturdidos y no nos permite pensar con claridad, ejecutemos cualquier esfuerzo físico que se salga de lo corriente, luego durmamos un rato. Al despertar nos sorprenderá la lucidez con que discurrimos”.
Si la derrota ha encendido en nosotros un ardiente deseo de superación, nada podrá impedir que el éxito corone nuestra próxima empresa.
Nuestro proceso “Comunicación y Desarrollo de Habilidades” te ayudará a situarte en la parrilla de salida.
Ha llegado el momento de sacar partido a la derrota y volver a empezar.
Hasta pronto.
Un cordial saludo,