Las 5 Aptitudes para desarrollar el carisma
El liderazgo es una competencia emocional, que puede y debe ser cultivada. Por lo tanto, cualquier persona puede llegar a ser líder con la preparación adecuada.
Uno de los aspectos esenciales del liderazgo es proporcionar una visión conjunta de posibilidades y asegurar el trabajo en equipo.
La mayoría de los trabajos no pueden ser realizados por una sola persona. Requieren de un equipo. El modo como se relacionan las diferentes personas que componen ese equipo influye considerablemente en los resultados finales. Cuando los miembros se neutralizan unos a otros producen un resultado negativo: falta de eficacia o pasividad.
Por el contrario, cuando la interacción entre los miembros que forman el grupo se realiza de forma positiva se produce un resultado positivo conocido como “sinergia”, es decir, que el resultado total es superior a la suma de las partes.
El efecto sinérgico solamente tiene probabilidad de aparecer cuando se combina la confianza y el apoyo mutuo entre sus miembros. Para cohesionar un equipo se necesita un catalizador, un líder.
Muchas personas piensan que no todo el mundo puede ser un buen líder. Que para serlo hay que nacer con una cualidad especial, que es innata a la persona, el carisma.
El carisma es ese “toque” especial que le hace a la persona resultar atractivo a sus seguidores.
Los líderes con carisma se caracterizan por una gran capacidad de persuasión, una fuerza para lograr que los demás hagan lo que ellos señalan y unas grandes dotes para generar entusiasmo.
Y ¿es posible lograr ese carisma para muchos tan deseado?
En el carisma, al igual que en el liderazgo, parte es consustancial de la persona y otra es una habilidad adquirida. Los líderes con carisma nacen con un “don” especial que les hace estar dotados para generar entusiasmo, pero sobre todo, es el entrenamiento y la práctica lo que determina que el carisma crezca o se destruya.
¿Cuáles son los requisitos para incrementar el carisma?