¿Por qué es tan importante saber decir “no”?
Ayudar a otra persona es parte importante de la vida. Pero nunca significará que debamos prodigar nuestro tiempo y nuestra energía a todo el que lo solicite. Porque para que un gesto tenga verdadera utilidad y lo agradezcan, debe ser algo espontáneo por parte de quién desee ayudar.
Si por asentir a cualquier petición acabamos sintiéndonos culpables, explotados o víctimas de la ingratitud, lo más probable es que nuestro consentimiento proceda de razones equivocadas. Algunas de ellas podrían ser, “para granjearnos aprobación y aceptación” “para no herir los sentimientos de alguien” “para que nos correspondan los favores...”
Cada vez que accedemos a algo de mal grado fomentamos el resentimiento, y puede llegar el momento en que esta ira contenida se convierta en depresión, dolores de cabeza, úlceras y otros posibles síntomas psicosomáticos.
Una negativa bien ponderada es otra manera de afirmar, “tengo derecho a ser yo mismo” nunca hay porque avergonzarse de marcar los límites de nuestra generosidad y tolerancia. La persona realmente altruista debe amarse a sí misma como a los demás. Si es una virtud amar al prójimo como ser humano, “tiene que ser una virtud y -no un vicio- amarme a mí mismo, puesto que también soy un ser humano.
Entonces ¿cuándo debería responder con un “no” la persona que se respete a si misma?
-Rechace las peticiones desconsideradas e irrazonables.
-Nunca satisfaga solicitudes que vayan contra sus principios éticos.
-Neguémonos a hacer lo que los demás puedan hacer por sí mismos.
-Rechacemos las solicitudes que se interpongan en nuestras prioridades.
-Nunca accedamos a comprometer a nadie sin el consentimiento del interesado. Podríamos considerar otras sugerencias para decir “no”
-Hagámoslo enseguida, antes que el otro se forje demasiadas ilusiones.
-Nunca nos sintamos obligados a justificar todas nuestras negativas.
-Procuremos hablar sin impaciencia, ni ira.
-Si negarse a algo resulta difícil, procuremos ofrecer una alternativa.
Todos solemos dar sin esperar una recompensa tangible, a sabiendas de que un “si” difícil suele darnos vivencias muy valiosas.
Si te interesa mejorar en ello, la práctica de esta habilidad la entrenamos en nuestro curso, “Comunicación y Desarrollo de Habilidades”.
Hasta pronto, Un cordial saludo.
Amado Martínez