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El temor se vence atreviéndose

En la mayoría de los casos, el llamado “Complejo de Inferioridad”,  proviene de temores infundados que nos acobardan e incapacitan  para la acción. 

Sin duda, el origen del miedo es en muchos casos la lectura de algo  acerca de él. Si la frase “complejo de inferioridad” nunca hubiese  salido en letras de molde, millones de los que creen tenerlo,  estarían tan campantes, ajenos hasta de que pudiera existir, con lo  cual habría un motivo menos para que sintiesen miedo. 

Muchos de nuestros temores los ocasionan las lecturas, la  conversación y las propias cavilaciones.

No nos asaltan ellos por que  sí, somos nosotros mismos quienes los vamos alimentando y  agrandando, hasta que, de simples pequeñeces que eran, pasan a  convertirse en grandes miedos. 

La base psicológica para vencer el miedo y adquirir aquella  confianza en nosotros mismos que tan útil ha de sernos en la vida es la ejecución del acto que nos causa temor. No hay ningún otro camino. Hemos de lanzarnos animosamente en la corriente de la  existencia, debemos dominar hoy este miedo, mañana el otro. Cómo  acertadamente “citaba Emerson, haciendo lo que tememos, matamos nuestro temor”.

Verdaderamente es en nuestros temores  donde reside la fuerza que puede hacer o deshacer nuestro  porvenir. 

Lo primero ocurrirá cuando ejecutemos, con voluntad resuelta, los  actos mediante los cuales queda vencido el temor, lo segundo,  cuando nos dejamos dominar por la indecisión, la lentitud y la  cavilosidad. La vida sedentaria y ociosa predispone a temores que  se disipan con el ejercicio.

En realidad, empezar a experimentar  esos temores suele ser un aviso que nos da la naturaleza para que  procuremos llevar una vida más activa.

En sus fases incipientes y más benignas el temor se manifiesta en  forma de animosidad o censuras contra determinadas actividades o  personas. Con ese proceder se denota el deseo de hallar excusas  que justifiquen la propia y continuada inactividad. 

No parecen percatarse muchos de ellos, de que, fuere cual fuere el  orden social en que les toca vivir, continuarían siendo unos  inadaptados.

La gente así busca en la conversación un medio de  darle apariencia lógica a la cólera que inspira todo lo existente, en  vez de volver esa cólera contra sí mismos, para que los impulse a  ocuparse en algo útil. 

En nuestro completísimo curso, “Comunicación y Desarrollo de  Habilidades”, entre los muchos cambios que puedes experimentar  para tu crecimiento personal y profesional, está el superar esos  miedos, temores consiguiendo mayor seguridad y confianza en un  mismo.

Amado Martínez