La inseguridad y la ansiedad dificultan el éxito de una negociación. Porque más aún que la experiencia, es muy importante la actitud cuando estás en la acción de negociar.
La ansiedad conduce a muchas personas razonables a buscar respuestas simplistas y a la pregunta ¿cómo debo negociar? se aferran a frases como “uno y otro ganan” y “uno gana y el otro pierde”.
Los negociadores que sufren ansiedad buscan una estrategia única que sirva de comodín polivalente, que les da la sensación de controlar el proceso negociador.
Las estrategias comodín son una fantasía, hay demasiadas variables situacionales y personales, para que una sola estrategia sirva en todos los casos.
Para ser un buen negociador, hay que superar esas ideas simples sobre la negociación, hay que enfrentarse a la ansiedad, aceptar el hecho de que no hay dos situaciones y dos negociaciones iguales, y aprender a adaptarse a esas situaciones de forma realista e inteligente, sin perder la ética ni el respeto propio.
Y para lograr esos propósitos hacen falta más que frases simples, una actitud de confianza, basada en un conocimiento probado y fiable sobre lo que es una negociación. Hay que aprender a ser uno mismo en la mesa de negociación
Para ser realmente eficaz tendrás que desarrollar tus propios principios éticos que deberán guiarte en tus negociaciones.
Los mejores negociadores van al grano, hacen muchas preguntas, escuchan con atención y se centran en lo que ellos y la otra parte quieren alcanzar en la mesa de negociación.
En todos los buenos tratos que se cierran siempre ganan las dos partes.
Los profesionales ante la idea de tener que negociar desean mejorar sus habilidades, quieren sustituir su inseguridad por una mayor confianza.
En nuestro curso “Estrategias de Negociación” encontrarás el cambio que estás buscando en tu estilo negociador.
Amado Martínez